Levítico 10:1 Y LOS hijos de Aarón, Nadab y Abiú, tomaron cada uno su incensario, y pusieron fuego en ellos, sobre el cual pusieron perfume, y ofrecieron delante de Jehová fuego extraño, que él nunca les mandó. 2 Y salió fuego de delante de Jehová que los quemó, y murieron delante de Jehová.
En el tabernáculo había un incensario de oro destinado especialmente para quemar perfume, el cual deprendía su grato olor.
Siempre el incienso ha sido una figura de la oración y de la adoración a Dios.
Pero los hermanos Nadab y Abiú cometieron un gravísimo error: Tratar de adorar a Dios a su manera.
La Biblia dice que cada uno tomó su propio incensario, y encendieron «fuego extraño», es decir que quemaron incienso, pero no de la manera que Dios lo había designado, y por eso murieron.
Alguno se preguntará ¿Por tan poca cosa murieron?.
Déjeme decirle que esto no era poca cosa, sino que el quemar incienso es representativo de la profunda, santa, y consciente adoración a Dios.
Quiero traer cierto paralelismo con esta historia del pecado Nadab y Abiú y de lo que hoy se denomina «música cristiana».
¿Cual es la excusa para este ritmo? Lo que importa es la letra dicen.
Siempre está la teoría, que lo que diferencia la música del mundo y la música cristiana, es solo la letra.
ESA ES LA PRINCIPAL MENTIRA CON QUE SATANÁS CAUTIVÓ LA IGLESIA DEL SIGLO XXI.
La iglesia de hoy como Nadad y Abiú ha tomado «su propio incensario» y quemado su propio perfume carnal.
Si usted cree que esta clase de perfume puede quemarse en el santo altar de Dios… o que Dios es digno de este tipo de adoración, déjeme decirle que en tal caso no conoce al Dios de la Biblia.
¿Acaso Nadab y Abiú murieron, por un capricho divino, o por un «tecnicismo» de la ley?
¡No!, ellos murieron porque le ofrecieron a Dios una falsa adoración fruto de su carnalidad.
Cristo no estaba presente en el fuego de su perfume, cuyas brasas se toman del altar.
El Espíritu Santo no estaba presente en su adoración, pues habían abandonado el altar de oro para sustituirlo por el propio.
La música que hoy se ofrece a Dios por la mayoría del mundo mal llamado evangélico, no es otra cosa que el «fuego extraño» que ofrecieron Nadab y Abiú.
El fin no justifica los medios.
El deseo de estos hermanos era ofrecer perfume a Dios (un acto loable podemos decir).
Podían haber argumentado: ¡Señor no merecemos morir, pues nuestra intención es buena!
Pero la intención era satisfacer su propia necesidad religiosa egoísta.
La iglesia de hoy no sabe discernir entre lo que pertenece al mundo y lo que pertenece a Dios.
Levítico 10:10 «…para poder discernir entre lo santo y lo profano, y entre lo inmundo y lo limpio;»
Debe haber una línea de frontera entra la música del mundo, y aquella que se ofrece a Dios.
¿Verdad que hay una diferencia entre el altar de oro y los incensarios propios?
¿El fin es quemar incienso solamente… o hay un significado mas profundo y santo detrás?
Estimado pastor:
¿Que incensario están utilizando en su iglesia?
Usted es el principal responsable de llevar a su congregación a la santidad de la verdadera adoración en Cristo, o al pecado de Nadab y Abiú.
Tome la decisión de no dejarse presionar por la mayoría, que nunca son buenas consejeras.
Que le Espíritu Santo de Dios, pueda ser el que le impulse a tomar decisiones valientes, en favor de la fidelidad Bíblica.
No tema, aquel que es de Dios, reconocerá la voz del buen pastor, que es Cristo.
¡Que usted y su congregación puedas ser fieles al Dios de la Biblia!
1Juan 4:5 Ellos son del mundo; por eso hablan del mundo, y el mundo los oye. Nosotros somos de Dios; el que conoce a Dios, nos oye; el que no es de Dios, no nos oye. Por esto conocemos el espíritu de verdad y el espíritu de error.